lunes, 8 de junio de 2009

BAGUA Y MOQUEGUAZO: DOLOROSO EJEMPLO

Por: Adalberto Ascuña Chavera
Director

Los recientes acontecimientos de Bagua que han tenido un saldo trágico luego de los enfrentamientos entre los nativos y la policía nacional; que ha dejado un saldo de 60 muertos tienen que llamarnos seriamente a la reflexión.
La ciudad de Moquegua que ha vivido en carne propia incidentes violentos conocidos como “Moqueguazo” sabe el costo de este tipo de enfrentamientos, y conoce como se han gestado hasta llegar a la crisis violenta con el estallido del conflicto, cuando se enfrentan pueblo contra pueblo, por que también los policías son hijos del pueblo y lamentablemente tienen que ponerse al otro lado, y al igual que nosotros pobladores, terminan siendo la víctimas.
El gobierno central nuevamente equivocó el camino, la política de la “mecedora” otra vez usada trajo el incubamiento de otro conflicto social, esta vez en la selva peruana, algo que ha sido hábilmente utilizado por algunos sectores violentistas, que al igual que en Moquegua, se infiltraron para rebasar el razonamiento y propiciar la sangre y el dolor.
Lamentablemente en Bagua y en Corral Quemado como en la Curva del Diablo no hubo la sensatez de un Gral. PNP Alberto Jordán, que prefirió rendirse, antes que se diera un baño de sangre, hoy la historia le da la razón, pero con el horroroso saldo de 24 policías muertos y casi medio centenar de civiles muertos y desaparecidos.
Ya habló el estallido social, ahora debe hablar la razón, el gobierno tiene que dejar de lado la postura radicaloide que se le escucha a través del Presidente de la República, Alan García Pérez o del antes violentista, hoy primer Ministro Yehude Simon Munaro, o de la Ministra del Interior que se ha tomado a pecho el mote de “Dama de Hierro” que mas parece una agente del odio, de “instaurar el principio de autoridad cueste lo que cueste”.
Los líderes políticos deben pensar en proponer soluciones, antes de incentivar a mas odio de ambas partes, ningún bien le hace al Perú las declaraciones de Mauricio Mulder, dirigente del APRA o Aurelio Pastor, como las de Ollanta Humala o los cancerberos de la violencia que han aparecido en todo el país para pedir mas sangre, en vez de paz y respeto para los indígenas amazónicos.
Cuidado que mientras salgan a las emisoras y medios de comunicación los dirigentes violentistas a pedir enfrentamientos, venganza, solo estamos caminando a una espiral de violencia incontrolable en el país, esto solo de puede convenir a los dictadores, a los grupos terroristas y a los grandes empresarios extranjeros, por que nos verán débiles para apoderarse de nuestras riquezas.
Se necesita razón, claridad, calma, cordura empezando por nuestras autoridades nacionales, que se sienten a dialogar como lo ha pedido la Defensora del Pueblo, Beatriz Merino, que actúe como mediadora la Iglesia, que ya no se derrame mas sangre inocente tanto de policías como nativos o de civiles que sin saber por que, caen muertos por una bala.
Por último, que el Congreso asuma su verdadero rol, que se dejen de las argucias hipócritas como la de la bancada aprista, que por dárselas de vivos, postergaron la discusión de la derogatoria del D.S. 1090, que ya se ha dicho es inconstitucional, y ya hemos visto el resultado: masacre y baño de sangre entre peruanos.
Abogamos por el diálogo, ojala que se inicie cuanto antes, y no se repita esta historia que solo enluta al país y divide más a nuestros hermanos.